Antonia llevaba años probando todo tipo de dietas.

Unas de tipo restrictivo, menos consumo de calorías. Combinación de alimentos, ahora proteínas con carbohidratos, ahora…. Ayuno intermitente. Hasta la dieta de Dukan o Keto.

Con algunas perdía poco o nada, con otras perdía bastante para luego recuperarlo si cabe con más peso añadido.

No fueron pocas las veces que después de una semana a base de pollo y lechuga atracaba la nevera como si se acabara el mundo. Se sentía fustrada e incapaz de perder peso. Tenía ansiedad, baja autoestima y poca voluntad, o eso pensaba ella.

Hasta que un día Antonia decidió cambiar el enfoque del problema.

En lugar de centrarse en la dieta, decidió verlo desde un punto de vista más centrado en el bienestar integral, fijarse menos en la balanza, escuchar las señales de hambre y saciedad. Incorporó rutinas de ejercicio que le eran agradables, como pasear o bailar.

Con el tiempo, Antonia notó cambios positivos en su cuerpo y en su mente. Perdió peso de manera gradual, pero constante, y lo más importante, lo mantuvo a largo plazo. Se sentía más sana, con más energía y con una actitud más positiva hacia sí misma.

Antonia aprendió que el camino hacia la pérdida de peso no se trata de dietas extremas y restricciones.

Se trata de encontrar un equilibrio saludable entre la alimentación nutritiva, la actividad física y el cuidado personal. Y lo más importante, de amarse y aceptarse a sí misma en cada etapa del camino.

Si te sientes identificada con Antonia, podemos guiarte en tu nuevo proyecto de una vida saludable.

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